lunes, 19 de diciembre de 2011

Capítulo 2

Al llegar a casa para comer, medito sobre lo que hemos dicho. Jane estaba muy contenta de que pasara un poco de los deberes, y Em estaba extasiada pensando como iría vestida esa noche.
Abro el armario y me encuentro con un montón de ropa de invierno. Aunque parezca raro, me encanta el frío. Es electrizante. Una de las razones porque me encanta también mi pueblo es porque casi siempre estamos bajo cero, y el paisaje, es blanco. Estamos rodeados de montañas blancas, impunes, puras, que parece que si te estires la nieve absorba todo el color de tu ropa y tú te vuelvas blanco. En invierno es precioso y en verano también. Mi estación favorita es el otoño. Llena de melancolía llena el monte, con tonos rojos, marrones y amarillos de las hojas caídas en el suelo. Ahora que estamos en otoño, mi armario está lleno de tonos naranjas y rojos.
En una parte de mi armario esta la ropa que he heredado de mi hermana grande. Mi hermana y yo, se podría decir que somos polos opuestos y no nos llevamos muy bien. Su ropa es toda muy… ¿Formal? Y no me gusta mucho, por ejemplo, aquí tengo tres vestidos, sus favoritos: uno marrón largo de lana que te llega hasta debajo de la rodilla, uno rojo desteñido que le faltan cachos de terciopelo y uno naranja que es mas o menos aceptable pero que me queda fatal. En cambio, la ropa que me he comprado yo… No sé cómo explicarlo. Por ejemplo, esta noche me pondré unos pantalones pitillo negros y una camiseta, que a más de mi cazadora iré calentita.
Mi hermana pasa delante por la puerta, levanta las cejas y me dice:
-Sea lo que sea que estas pensando, no quiero chafarte los planes, pero necesitaras el permiso de mamá. Y te aviso que está en el jardín, y ya sabes cómo se pone cuando acaba.
Oh no. Resulta que mi madre cuando empieza con el jardín, empieza con buen humor, pero conformemente esta podando el abeto que tenemos, se le va agriando el humor. Bajo corriendo las escaleras y oigo que mi hermana hace un ruido raro. Me dirijo hacia a la cocina y me encuentro a mamá. Mi hermana me la ha vuelto a jugar. Se estaba riendo.
Seguramente os estáis preguntando porque me enfado por tal nimiedad. Bien, resulta que vivimos en una casa muuuuy grande. Enorme de verdad. Y con muchas escaleras. Así que cuando vas de una punta a la otra (y corriendo) te cansas.
En fin, me pongo modo “responsable” y me dirijo a mamá.
-Mamá.
Ella se gira. Su cara está cansada. Como mi hermana, tiene los ojos marrones y es pelirroja, y como mi hermana, no lleva gafas. Trabaja como secretaria media jornada, y en su tiempo libre le gusta sentarse al lado del piano y enseñar tocar para mi hermana. A mí nunca me ha gustado, porque era muy rigorosa y de tanto tocar se me hacían llagas. Extraño pero cierto.
-¿Que quieres?
Me pongo nerviosa.
-Es que hoy toca la banda del hermano de Jane, y como se estrenan, me gustaría ir con ella y con Em.
-¿Emily Weryd?-pregunta con incredulidad.
-¡Noo!-digo con horror.-Con Emma LeStrauss.
-¿Cuándo volveréis?
-No lo sé.-Digo cruzando los dedos por detrás.
-¿Necesitas dinero?
-Eeeee…-pienso un poco.-Si quiero cenar, sí. -(Tengo dinero mío, pero si mi madre se ofrece a pagar, ningún problema).
-¿Te pasan a buscar?
-Por dios, ¡sí! Y si quieres saber dónde voy, estaré en The Night of Hunter.-Al ver que mi madre va a decir algo, me adelanto.-Sí, y nada de bebidas alcohólicas. -Tampoco es que me gusten, pero con mi madre no se lo cree.
-De acuerdo. Puedes ir pero…-Oh no. Siempre hay una condición.- tienes que llevar a tu hermana.
Por arte de magia aparece mi hermana mayor. Sorprendentemente, va vestida con una falda negra, unos botines marrones y una camiseta muy escotada naranja, y las lentillas puestas. Miss Otoño ya está aquí, pienso con ironía. No quiero llevarme a mi hermana, y que me trate como una niña pequeña, que me ridiculice, etc. NO QUIERO. Y mi hermana sabe que no quiero, por eso mismo me está mirando con satisfacción.
Pero mi madre no acepta replicas, así que a callar.
-Está bien.
-¡Tres bien!-Exclama mi madre con entusiasmo.- Podéis ponernos un mote, así como “las hermanas felices”.
“Ni loca, mamá.” Al cruzar la puerta de la cocina, me giro a mi hermana.
-No sé en que estas pensando, pero no te metas en líos.
-¿YO?-dice indignada.-Que yo sepa, la mayor soy yo. Y tengo mucha responsabilidad, un buen trabajo, un proyecto de casa…
-Pues qué bien, me alegro por ti, querida. –digo con sarcasmo- Y estate preparada a las 7:30, no quiero retardos.
***********************************************************************
Cuando llaman al timbre, me sorprendí mucho. Normalmente, Em era un caso perdido de tiempo. A veces incluso se olvidaba de que habíamos quedado.
-¡Ya voy yo!-digo. Mi hermana también me sigue.
Cuando abro la puerta, la sorpresa es mía. Drake, amigo de Em (y no amigo mío) está aquí en la puerta.
-¿Drake, que haces aquí?
-Observando tu belleza que me deja deslumbrado.-dice al ver mi expresión perpleja y asqueada. A Em le cae bien, pero a mí no me cae bien. Es empalagoso y falso. -Me ha mandado Em, que dentro de nada estará aquí.-Mira atrás mío y se corta. Claro, mi hermana. Y si no me equivoco se quedará embobado…¡ya!- Hola…-dice con voz seductora- Me llamo Drake Derson.
Mi hermana hace un gesto de aburrimiento. No le interesa Drake. Si no es rico, guapo, atleta o mayor de 20 años no le interesa.
-Drake, cielo, si has venido a lamernos el culo como un pelota, ya te puedes quedar ahí fuera.-Digo
Y acto seguido, cierro la puerta.
-¿Ese tío va a tu clase?-dice mi hermana con un gesto despectivo.
-Sí. Y lo que acabas de ver se lo hace a todas las chicas. Algunas pican, a otras les gusta, pero a mí me asquea. Y mucho.
Vuelven a llamar al timbre, con insistencia.
Abro la puerta. Otra vez Drake.
-Por favor, ¿no podrías dejar entrar a un pobre y desvalido chico que…?
Cierro la puerta.
Vuelven a llamar a la puerta. Cabreada, abro la puerta y grito:
Te he dicho que…!-Mi voz se va apagando a poco a poco. He metido la pata hasta el fondo. Delante de mí esta ÉL.
Will Herondale. El chico de los dos ojos. Uno azul y el otro gris, casi blanco. Y en ellos veo una sorpresa increíble. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario